jueves, 4 de junio de 2009

¡Callejera por excelencia!



Por Rosa Leyva Uribe

Sería negarse como mexicano nunca habérsela comido, siquiera visto o admirado y es que vamos por cualquier avenida y la encontramos. Se nos antoja y hasta babeamos, ¿a poco no? nadie puede resistírsele cuando la tienes de enfrente. A la garnacha nadie le hace el “fuchi”, al menos yo no.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, garnacha es una “especie de uva roja que tira a morada, muy fina, de muy buen gusto y muy dulce”, pero en su acepción mexicana significa: “tortilla gruesa con salsa de chile y otros ingredientes”.

Para algunas personas garnacha es cualquier antojito vendido en la calle, ya sea sope, huarache, flauta, gordita, taco y la lista continúa. La encontramos en la mayoría de regiones del país en diferentes versiones, teniendo alguna como protagonista, por ejemplo en Yucatán encontramos panuchos, en Michoacán gorditas y en el DF tacos al pastor y quesadillas.

Veracruz es el lugar ideal para consumir garnachas, y si no me creen existe un pueblo llamado Rinconada, muy popular y conocido como la “República de la garnacha”. Ahí no hay cuadra sin antojerías donde se pueden disfrutar al por mayor. Ello explica que en esta comunidad la mayoría de las familias se sostengan de las actividades que la misma venta de garnachas requiere, como son las tortilleras, carniceros, taqueros, refresqueros, entre otros.

Actualmente el pueblo se encuentra severamente afectado por la construcción de un libramiento en la carretera Xalapa-Veracruz, disminuyendo un 70% de la venta en las garnacherías, provocando una crisis entre los habitantes. Como propuesta para apoyar la economía de las familias, el gobierno y sus habitantes analizan la idea de realizar una “Expo-garnacha” a fines de junio, terminando el carnaval de Rinconada.

Preparar una garnacha estilo rinconada es muy sencillo. Sólo se necesita freír una tortilla, aderezarla con salsa, agregar carne deshebrada y cebolla picada. También las preparan con frijoles y papas picadas. Obviamente se pueden adaptar al gusto, al momento y al lugar, así que por favor no te resistas a ella, aunque sea callejera.