jueves, 7 de mayo de 2009

Tendencias santhe



Por Gerardo Ahorta

Santhe nombre en hnähñú de la fibra proveniente del maguey: el ixtle, atacado y desplazado por el algodón además de otras fibras naturales predilectas por su suavidad y novedad desde la época colonial; recupera hoy su lugar por tratarse de un material sustentable.

Nacido de las pencas del maguey, el ixtle es un material textil que amplía los productos derivados de éste, con un largo proceso de fabricación donde intervienen señoras asociadas en cooperativas que surgen como necesidad de supervivencia y desarrollo de mujeres otomíes del valle del mezquital.

Solas por la migración de sus maridos y con una familia que alimentar, las mujeres otomíes se han convertido en cabezas de familia por lo que los tejidos de ixtle son una forma de obtener ingresos para muchas de ellas, dado que se paga por pieza entregada, a la mayoría de estas mujeres en cualquier momento se les puede encontrar tejiendo mientras se dedican a otras actividades más cotidianas como comprar los ingredientes para las exquisiteces locales.

Los productos más comunes son para el cuidado del cuerpo tales como estropajos faciales y corporales aunque también cuentan con manteles, ayates y en los terrenos del fashion productos como bolsas, collares, pulseras y prendas que alcanzan los 1500 pesos, un pago justo por un trabajo de tres meses y con firma de diseñador.

La sustentabilidad radica en que sólo se acepta el ixtle obtenido de las pencas cercanas al corazón del maguey sin que éste sea afectado para su regeneración. En dos meses se puede volver a obtener fibra de este mismo lugar y no hay motivo para cortar el maguey de la raíz y favorecer la extinción.

Una fibra 100 por ciento natural, nativa de México, con una historia que recuperar, una causa social y con un diseño pro ambiental, es la opción para conocer materiales de nueva inspiración.