Por Alejandro Ramírez Pérez
El siguiente escrito es una crónica a manera de diálogo donde se relata el trayecto hacia el hogar de un productor de pulque y ganador por dos ocasiones en la categoría de curados de la Feria Gastronómica de Santiago de Anaya. Se habla de un traslado a través de una carretera federal en el estado de Hidalgo ya entrada la noche y con la incertidumbre absoluta acerca de lo que pasaría en el transcurso. Para muchos no es agradable estar a oscuras, encontrarse a varias decenas de kilómetros de una ciudad, sin más luz que aquella emanada por la incandescencia de la luna y los faros de la “pick up” en la que íbamos a bordo. Nos es grato presentarles este conjunto de emociones, fantasías y rarezas, por las que pasamos durante unos cuantos breves y a la vez, interminables momentos.
Se debe escribir como se ríe, no como se habla.
Marco Aurelio Carballo
- ¡No mames, dile que se espere!
- ¡Julieta córrele que ya nos vamos!
- ¡No! ¡espérese por favor! ¡Ahí viene!
- ¡Julietaaa…!
- No inventes, neta pensé que este cabrón la iba a dejar…
- Dejó a Kamila ¿no?
- De cualquier manera, se supone que sólo cabíamos siete y vamos; tres adelante y aquí atrás nosotros somos…
- ¡Sí pero tú cállate!
- ¡Jaaa!… si esta madre se detiene a la mitad del cerro; ¡te bajas a empujar!
- ¡No! ¡No mames estás pendeja si crees que me bajo!
- ¡Uhhh!
- Jaja ¿Qué no tienes frío?
- ¡Sí! no inventes mejor me tapo…
- ¿Qué no trajiste chamarra?
- Eh mmm… nop sólo traje esta sudadera…
- ¡Ay! De veras contigo.
- ¿Pero querían ver cómo hacen los curados, no?
- ¿Ya vieron el cielo?
- aha…
- Mmm… ¡pues el lugarcito ni está tan lejos, eh!
- Ay sí pero… ¡Imagínate!
- Venirte caminando…
- ¡Y más a esta hora que no se ve nada!
- ¡Equis! ¡Al fin que traigo mi lámpara de topo!
- ¡No! No mames alumbra a otro lado. ¡Por eso me cagan esas lámparas!
- ¡Sí, exacto! No puedes alumbrar sin deslumbrarle los ojos a alguien…
- ¡Ah! Miren, una estrella fugaz…
- ¡Ay! ¡Idiota eso es un avión!
- Jajaja…
- ¿Alguien sabe en dónde estamos?
- No sé, pero esto de venir aquí atrás como vacas no es la opción.
- Jaja tú cada vez te haces más chiquito.
- Sí, este frío está cabrón, debí haber traído una chamarra…
- ¿Alguien sabe la hora?
- Son como siete y media
- Oigan, ¿vieron eso?
- Jaja… ¡son murciélagos!
- ¡Noo que miedo!
- Sí Gerardo ¡cállate!
- ¿Ya vieron las estrellas?
- Es la primera vez que entiendo por qué le llaman la bóveda celeste.
- Como cuánto haremos de camino…
- Mmm… pues igual y una media hora
- Pero ya llevamos un buen rato ¿no?
- ¡Ah! mira, ¡esa lámpara alumbra de huevos!
- ¿Esos son los quiotes no?
- ¿Cuáles?
- ¡Esa madre que sale justo a la mitad de los magueyes!
- Ese es el ¡Gorumbo! ¡Golumbo! ¡Go-mbo! Algo así ¿no? Jaja…
- Ah qué tal con las nopaleras…
- ¡Ya dejen de tararear eso!
- Jaja… ¡Es de los “Expedientes Secretos X”!
- ¿A poco no va muy “adoc” al momento?
- Dicen que por estos lugares hay brujas ¿no?
- ¡Sí, así entre los cerros y así! Que salen en las noches y se ven como bolas de fuego…
- ¡Ah por fin! ¿Aquí será?
- ¡Oigan! ¡Bájense o se quedan!
- ¿Para dónde será?
- Toño ¿para dónde?
- Mmm… pues según recuerdo era por uno de estos caminos.
- Hay que subir, es por allá donde se ve aquella luz.
- No manches ¿cómo te ubicas por aquí? Estamos en pleno cerro ¡no se ve ni madres!
- ¿Por aquí hay víboras?
- Y esos garrafones, ¿quién los trajo?
- Se los voy a dejar a mi compadre para que me prepare unos curados.
- ¡Wey! ¿Qué fue eso que se escuchó?
- No sé, ¡tú camina!
- ¿Alex qué haces si te sale una araña?
- Ay pues obvio ¡Grito como niña!
- ¿En serio te dan tanto miedo?
- ¡Buenas noches!
- ¿A quién busca?
- Estoy buscando a Don Toño para que me prepare unos curados.
- No aquí no vive.
- ¿En dónde lo puedo encontrar?
- Háganse para acá no se acerquen a los perros.
- Qué pasó, ¿a dónde es?
- No mames está del otro lado del cerro.
- ¡No! ¿En serio?
- ¿Y ahora?
- Súbanse otra vez a la camioneta…
- Oye, ¿y si nos perdemos?
- No cállate, como en la película esa de Gael García ¿no?
- ¿Cuál?
- Esa donde según trabaja con Brad Pitt pero que no salen juntos en ninguna escena…
- Oigan; ¿No se les hace así como que ya pasamos por aquí?
- Jaja Sí ya dimos como tres vueltas
- Pero estamos yendo para el otro lado, el señor de la casa dijo que era en donde se veía la luz aquella…
- No, ¿estás seguro?
- Sí a huevo, ¡es para el otro lado!
- ¿Oigan no vieron el guajolote que estaba arriba del árbol?
- ¿Se fijaron que no tenía luz esa casa?
- ¡Pues está a la mitad del cerro!
- ¿Con qué alumbraban?
- Eran velas ¿no?
- No, ¡creo que sí era un foco!
- Pero no hay cables…
- ¡Babel! la película se llama Babel, la escena esa donde abandonan a la tía y a los dos niños a la mitad del desierto…
- Oigan ya volvimos a pasar por aquí.
- Sí, pero ahora nos metimos por el otro camino
- Ay wey ¿ya vieron esos perros?
- ¡Aguas! no se vayan a bajar todavía…
- Buenas noches; ¿aquí vive Don Toño?
- ¿Para qué lo busca?
- Vengo a encargarle unos curados.
- A ver péreme, horita l’hablo…(sic)
- Parece que ahí viene…
- ¿Será?
El siguiente escrito es una crónica a manera de diálogo donde se relata el trayecto hacia el hogar de un productor de pulque y ganador por dos ocasiones en la categoría de curados de la Feria Gastronómica de Santiago de Anaya. Se habla de un traslado a través de una carretera federal en el estado de Hidalgo ya entrada la noche y con la incertidumbre absoluta acerca de lo que pasaría en el transcurso. Para muchos no es agradable estar a oscuras, encontrarse a varias decenas de kilómetros de una ciudad, sin más luz que aquella emanada por la incandescencia de la luna y los faros de la “pick up” en la que íbamos a bordo. Nos es grato presentarles este conjunto de emociones, fantasías y rarezas, por las que pasamos durante unos cuantos breves y a la vez, interminables momentos.
Se debe escribir como se ríe, no como se habla.
Marco Aurelio Carballo
- ¡No mames, dile que se espere!
- ¡Julieta córrele que ya nos vamos!
- ¡No! ¡espérese por favor! ¡Ahí viene!
- ¡Julietaaa…!
- No inventes, neta pensé que este cabrón la iba a dejar…
- Dejó a Kamila ¿no?
- De cualquier manera, se supone que sólo cabíamos siete y vamos; tres adelante y aquí atrás nosotros somos…
- ¡Sí pero tú cállate!
- ¡Jaaa!… si esta madre se detiene a la mitad del cerro; ¡te bajas a empujar!
- ¡No! ¡No mames estás pendeja si crees que me bajo!
- ¡Uhhh!
- Jaja ¿Qué no tienes frío?
- ¡Sí! no inventes mejor me tapo…
- ¿Qué no trajiste chamarra?
- Eh mmm… nop sólo traje esta sudadera…
- ¡Ay! De veras contigo.
- ¿Pero querían ver cómo hacen los curados, no?
- ¿Ya vieron el cielo?
- aha…
- Mmm… ¡pues el lugarcito ni está tan lejos, eh!
- Ay sí pero… ¡Imagínate!
- Venirte caminando…
- ¡Y más a esta hora que no se ve nada!
- ¡Equis! ¡Al fin que traigo mi lámpara de topo!
- ¡No! No mames alumbra a otro lado. ¡Por eso me cagan esas lámparas!
- ¡Sí, exacto! No puedes alumbrar sin deslumbrarle los ojos a alguien…
- ¡Ah! Miren, una estrella fugaz…
- ¡Ay! ¡Idiota eso es un avión!
- Jajaja…
- ¿Alguien sabe en dónde estamos?
- No sé, pero esto de venir aquí atrás como vacas no es la opción.
- Jaja tú cada vez te haces más chiquito.
- Sí, este frío está cabrón, debí haber traído una chamarra…
- ¿Alguien sabe la hora?
- Son como siete y media
- Oigan, ¿vieron eso?
- Jaja… ¡son murciélagos!
- ¡Noo que miedo!
- Sí Gerardo ¡cállate!
- ¿Ya vieron las estrellas?
- Es la primera vez que entiendo por qué le llaman la bóveda celeste.
- Como cuánto haremos de camino…
- Mmm… pues igual y una media hora
- Pero ya llevamos un buen rato ¿no?
- ¡Ah! mira, ¡esa lámpara alumbra de huevos!
- ¿Esos son los quiotes no?
- ¿Cuáles?
- ¡Esa madre que sale justo a la mitad de los magueyes!
- Ese es el ¡Gorumbo! ¡Golumbo! ¡Go-mbo! Algo así ¿no? Jaja…
- Ah qué tal con las nopaleras…
- ¡Ya dejen de tararear eso!
- Jaja… ¡Es de los “Expedientes Secretos X”!
- ¿A poco no va muy “adoc” al momento?
- Dicen que por estos lugares hay brujas ¿no?
- ¡Sí, así entre los cerros y así! Que salen en las noches y se ven como bolas de fuego…
- ¡Ah por fin! ¿Aquí será?
- ¡Oigan! ¡Bájense o se quedan!
- ¿Para dónde será?
- Toño ¿para dónde?
- Mmm… pues según recuerdo era por uno de estos caminos.
- Hay que subir, es por allá donde se ve aquella luz.
- No manches ¿cómo te ubicas por aquí? Estamos en pleno cerro ¡no se ve ni madres!
- ¿Por aquí hay víboras?
- Y esos garrafones, ¿quién los trajo?
- Se los voy a dejar a mi compadre para que me prepare unos curados.
- ¡Wey! ¿Qué fue eso que se escuchó?
- No sé, ¡tú camina!
- ¿Alex qué haces si te sale una araña?
- Ay pues obvio ¡Grito como niña!
- ¿En serio te dan tanto miedo?
- ¡Buenas noches!
- ¿A quién busca?
- Estoy buscando a Don Toño para que me prepare unos curados.
- No aquí no vive.
- ¿En dónde lo puedo encontrar?
- Háganse para acá no se acerquen a los perros.
- Qué pasó, ¿a dónde es?
- No mames está del otro lado del cerro.
- ¡No! ¿En serio?
- ¿Y ahora?
- Súbanse otra vez a la camioneta…
- Oye, ¿y si nos perdemos?
- No cállate, como en la película esa de Gael García ¿no?
- ¿Cuál?
- Esa donde según trabaja con Brad Pitt pero que no salen juntos en ninguna escena…
- Oigan; ¿No se les hace así como que ya pasamos por aquí?
- Jaja Sí ya dimos como tres vueltas
- Pero estamos yendo para el otro lado, el señor de la casa dijo que era en donde se veía la luz aquella…
- No, ¿estás seguro?
- Sí a huevo, ¡es para el otro lado!
- ¿Oigan no vieron el guajolote que estaba arriba del árbol?
- ¿Se fijaron que no tenía luz esa casa?
- ¡Pues está a la mitad del cerro!
- ¿Con qué alumbraban?
- Eran velas ¿no?
- No, ¡creo que sí era un foco!
- Pero no hay cables…
- ¡Babel! la película se llama Babel, la escena esa donde abandonan a la tía y a los dos niños a la mitad del desierto…
- Oigan ya volvimos a pasar por aquí.
- Sí, pero ahora nos metimos por el otro camino
- Ay wey ¿ya vieron esos perros?
- ¡Aguas! no se vayan a bajar todavía…
- Buenas noches; ¿aquí vive Don Toño?
- ¿Para qué lo busca?
- Vengo a encargarle unos curados.
- A ver péreme, horita l’hablo…(sic)
- Parece que ahí viene…
- ¿Será?