Por Elizabeth Vázquez Tapia
Puede que la ardilla, el tlacuache, la liebre o el zorrillo no te suenen como alimentos que encontrarías en cualquier menú, pero son animales nada raros para los habitantes de Santiago de Anaya; éstos son sólo algunos ejemplos de los alimentos que tuvimos la oportunidad de conocer y probar en nuestra visita a este municipio.
Otros de los ingredientes poco convencionales que probamos son víbora, paloma, zorra y armadillo (éstos dos últimos de contrabando, debido a que está prohibido su consumo) y xincoyotes (un tipo de lagartija), insectos como los chinicuiles (gusanos de maguey), escamoles (hueva de hormiga), xa’ues (insectos del mezquite) y caracoles, así como flores como las de maguey, palma y sábila.
Los xa’ues son tal vez los más raros, ya que se trata de unos insectos negros, grandes y que pareciera fueran decorados uno por uno con un pincel y pintura naranja. Estos son preparados tirándolos vivos directamente en el comal y después puestos en un taco o en una gordita, tienen un sabor similar al de los chapulines.
En cuanto a los animales, la mayoría son preparados en mixiote o en ximbó (envueltos en penca de maguey y cocida en horno de tierra), acompañados con un adobo, nopales y flores de maguey, palma o sábila. Con esta preparación los xincoyotes son los que tienen un sabor muy rico y peculiar, no similar a ningún otro alimento, siendo un poco complicado comerlas debido a su tamaño pequeño.
Unos de los platillos más difíciles de comer son el tlacuache, la zorra y el zorrillo porque regularmente se hornean enteros y no estamos acostumbrados a ver este tipo de animales en nuestros platos, como nos sería común ver un borrego, un pollo o un cerdo enteros o descuartizados en cualquier mercado. A decir verdad no es muy agradable ver la cara del pobre tlacuache chamuscado, pero dejando de lado prejuicios, ninguno de estos tiene mal sabor sino todo lo contrario, son bastante ricos acompañados con un buen adobo y nopalitos. Eso sí, su precio es bastante elevado; un zorrillo llega a costar unos $ 600.00
Contrario a lo que se podría pensar, algunos de estos raros alimentos, no sólo sirven para hacer platillos salados, también se pueden elaborar postres. Ejemplos de esto son, agua de escamoles con chilacayote (que tiene un muy buen sabor) y flores de maguey en almíbar o atole de mezquite.
Así que para probar platillos innovadores, excéntricos y ricos no es necesario acudir a grandes y caros restaurantes, basta con visitar cualquier región de México para conocer mucho más de su amplia Gastronomía.
Puede que la ardilla, el tlacuache, la liebre o el zorrillo no te suenen como alimentos que encontrarías en cualquier menú, pero son animales nada raros para los habitantes de Santiago de Anaya; éstos son sólo algunos ejemplos de los alimentos que tuvimos la oportunidad de conocer y probar en nuestra visita a este municipio.
Otros de los ingredientes poco convencionales que probamos son víbora, paloma, zorra y armadillo (éstos dos últimos de contrabando, debido a que está prohibido su consumo) y xincoyotes (un tipo de lagartija), insectos como los chinicuiles (gusanos de maguey), escamoles (hueva de hormiga), xa’ues (insectos del mezquite) y caracoles, así como flores como las de maguey, palma y sábila.
Los xa’ues son tal vez los más raros, ya que se trata de unos insectos negros, grandes y que pareciera fueran decorados uno por uno con un pincel y pintura naranja. Estos son preparados tirándolos vivos directamente en el comal y después puestos en un taco o en una gordita, tienen un sabor similar al de los chapulines.
En cuanto a los animales, la mayoría son preparados en mixiote o en ximbó (envueltos en penca de maguey y cocida en horno de tierra), acompañados con un adobo, nopales y flores de maguey, palma o sábila. Con esta preparación los xincoyotes son los que tienen un sabor muy rico y peculiar, no similar a ningún otro alimento, siendo un poco complicado comerlas debido a su tamaño pequeño.
Unos de los platillos más difíciles de comer son el tlacuache, la zorra y el zorrillo porque regularmente se hornean enteros y no estamos acostumbrados a ver este tipo de animales en nuestros platos, como nos sería común ver un borrego, un pollo o un cerdo enteros o descuartizados en cualquier mercado. A decir verdad no es muy agradable ver la cara del pobre tlacuache chamuscado, pero dejando de lado prejuicios, ninguno de estos tiene mal sabor sino todo lo contrario, son bastante ricos acompañados con un buen adobo y nopalitos. Eso sí, su precio es bastante elevado; un zorrillo llega a costar unos $ 600.00
Contrario a lo que se podría pensar, algunos de estos raros alimentos, no sólo sirven para hacer platillos salados, también se pueden elaborar postres. Ejemplos de esto son, agua de escamoles con chilacayote (que tiene un muy buen sabor) y flores de maguey en almíbar o atole de mezquite.
Así que para probar platillos innovadores, excéntricos y ricos no es necesario acudir a grandes y caros restaurantes, basta con visitar cualquier región de México para conocer mucho más de su amplia Gastronomía.