martes, 31 de marzo de 2009

Del cielo al infierno



Por Alejandra Reynoso



Teniendo mucha hambre y aburrida de los alimentos no muy saludables me encontré con una propuesta interesante, los alumnos de octavo semestre del área técnica de gastronomía ofrecen de lunes a jueves, de 9:15 a 10:30am en al plantel de Regina segundo piso un bufet que varía dependiendo el día.
Estaba muy emocionada ya que iba a comer todo lo que quisiera por solo 55 pesos, a mi llegada al salón encontré que una compañera estaba en la recepción, di mi nombre y me sentaron en una mesa redonda para 10 personas, enseguida llegó un cara familiar a invitarme algo de tomar las opciones eran: café, capuchino, agua de jamaica, limonada y naranjada, entre tantas opciones decidí tomar una limonada, la gente empezaba a llegar y poco a poco llenaban los 50 lugares disponibles, me sentía muy cómoda con el lugar con mis compañeros y la música jazz que se escuchaba.
Como a los 20 minutos de haberme sentado observe un despliegue de compañeros vestidos de filipina que trataban de llenar el bufet frío y así dar pie a los sagrados alimentos, había para desayunar: papaya, melón, uvas, higo y sandia con sus acompañamientos como: yogurt, queso cottage y granola, le seguían las ensaladas de lentejas, de lechugas con un aderezo griego bastante rico , una pasta fría con jitomate deshidratado y una ensalada de mouse de atún sobre un jitomate sin sabor y duro para mi gusto.
Después de probar las frutas y ensaladas vi a lo lejos unos platones con sushi, sin pensarlo me serví de todas las opciones que había (con salmón, con alga, sin alga, con queso doble crema) y un poco de quesos y carnes frías que estaban a un lado, creí que ya no podía comer nada mas pero los postres se veían muy tentadores, una tarta de zarzamora cubierta con chocolate blanco y un mouse de chocolate obscuro, al termino de mi desayuno salí muy satisfecha del lugar y contenta de haber elegido ir desayunar con mis compañeros de los grupos 8 C y 8 D.
Me propuse a la tarea de hacerles publicidad en El Comalote y regrese a desayunar, me lleve una sorpresa al enterarme de que esa semana no había desayunos si no pruebas de menús para su evento final, decidí entrar con el 8 A y el 8 B a su dichosa prueba, que decepción tan grande, al ver caras largas y cuchicheos a mi entrada, sentirme como desconocida conociendo a todos, siendo solo observante sin ser tomada en cuenta, que triste es ver como por ser de otra área deja de valer tu cometario de lo sápido o insípido que estaba la comida, con la desilusión me retire del lugar y escribí esta nota que para mi desventura no tiene un final feliz.