Por Suyin Ramgar
Sin rumbo fijo y con la sola idea de desaparecer de la ciudad, tomo la carretera México-Toluca, paso por la Marquesa y aunque para ese día, ninguno de los tantos puestos del pintoresco camino se adecúa a mis expectativas, desayuno y sigo sin ganas de detenerme.
Decido tomar entonces, después de algunos minutos, la desviación a Valle de Bravo; para mi sorpresa, en el kilómetro 10.5 me encuentro con el santuario de la mariposa monarca, que permanece ahí de noviembre hasta marzo. Un gran espectáculo para muchos, sin embargo no tanto para mí porque cualquier animal en grandes proporciones me provoca terror. Así, decido ver la maravilla de la naturaleza desde el auto. Sigo por la carretera y no sé qué hacer, Avándaro o Valle. En breves momentos opto por la última.
Justo a 145 kilómetros del DF se encuentra esta ciudad turística que tiene mucho que ofrecer. Decido quedarme el fin de semana sólo para recorrer las angostas y coloniales calles, el jardín y las iglesias, así como el imprescindible lago, en donde el paseo de una hora en yate es de $40 por persona, una verdadera ganga creo yo.
Después del bien servido desayuno en la Marquesa, prefiero esperar hasta la cena, no obstante, en el camino me regalan un folleto en donde anuncian comida francomexicana. Me río para mis adentros sabiendo que me hablan de algo tan raro como una cocina sin gritos, sin embargo el precio es tentador y anuncia: “ESPECIALIDAD. 400 grs. de Prime Arrachera, más papa al horno y frijolitos, más tortillas y salsa, más tu cerveza por $120” -¡Creo que es una broma! Pasado el tiempo no resisto la tentación de conocer aquel lugar: Arrachela. Me dirijo a la calle principal llamada Pagaza y en el número 313 de la planta alta, subo unos pequeños escalones en donde lo primero que escucho es música francesa. Voy divisando el pasillo que irrumpe en medio de un comedor, lleno de pinturas un tanto extrañas; éstas son algunas de mis primeras impresiones.
La cocina es pequeña y las mesas de tronco con sillas de madera. Me da la bienvenida una muy risueña y amable señora que más tarde conocería como Rebeca, esposa “del francés” (es así como ella lo llama). Después de revisar la carta y encontrar entre lo mexicano y lo francés cosas atractivas, promovidas por ella misma como la especialidad del Chef, rechazo la oferta de la arrachera y me decido por un filete a la pimienta, acompañado de una copa de vino tinto de la casa. Un vino de la casa chileno, en un restaurante francés, situado en México. Después de algunos minutos, llegan a la mesa para mí, la crema de fromages y para mi acompañante la sopa de cebolla; de segundo tiempo la arrachera y por su puesto mi filete. Entre modestos gritos en francés, la inigualable atención de Rebeca y mi duda ¿en verdad el Chef es francés? decidimos entrar en conversación aprovechando que el lugar estaba tranquilo.
Gracias a tan noble dama, conozco al Chef Jean Françoise, nacido en el Sur de Francia en Perpignang y ella una sonorense amante de la carne. Es así como se comienzan a disipar mis dudas: la carne tan aplaudida del norte se combina con las especialidades de la casa que son netamente francesas, al igual que, algunas preparaciones creadas y otras recreadas por Jean entre pinceles y cucharones.
Mientras platicábamos, se le queman unas tartas en el horno y como todo buen Chef, explota en improperios para sí mismo y para la encargada por no avisarle del tiempo. No hay peor cosa que esto ocurra, estarán de acuerdo conmigo ¿no?, pero el incidente no aminora su sencillez y su amabilidad con los clientes con quienes lo mismo habla de arte, que de sus múltiples viajes, de la cocina o de su familia.
Un ambiente muy agradable con una increíble vista al lago de Valle de Bravo, en donde el cheque promedio redondea entre $200 incluyendo la bebida, o a elegir los irresistibles menús completos por $120 y de cuyos postres, Jean no te dirá ni la primera línea de la receta. De alguna manera terminarán regresando por las baguetes de desayuno, la arrachera, las crepas, el filete a la pimienta y otras especialidades francomexicanas de la comida y la cena. ™—